FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN
Un desfile de rostros famosos pone fin al festival
La gala de clausura del 55º Festival Internacional de Cine
de San Sebastián volvió a convertirse anoche en un desfile de rostros conocidos
de la gran pantalla. La alfombra roja donostiarra ha tenido este año como
principales estrellas a Viggo Mortensen, quien, con su perfecto castellano, fue
el encargado de inaugurar el festival; Richard Gere, que despertó al euforia
entre el público femenino; o Demi Moore, que, a pesar de que en un principio
fue criticada por su actitud esquiva y distante, en la rueda de prensa cautivó
con su simpatía a los asistentes.
La protagonista de Ghost -cuya última película, Un plan brillante,
fue la proyección que puso fin a esta edición del festival- se convirtió anoche
el centro de todas las miradas. Con un vestido corto blanco con escote 'palabra
de honor', unos altísimos tacones y la melena suelta, se subió ayer al
escenario del auditorio Kursaal de San Sebastián junto a su compañero de
reparto, el actor Lambert Wilson, y director de su última película, Michael
Radford. El actor Samuel L. Jackson también puso el 'toque hollywoodiense' a la
velada.
Si Demi Moore eclipsó por su belleza, el director hongkonés Wayne Wang lo hizo
por alzarse con la Concha de Oro a la mejor película por la intimista Mil
años de Oración. Wang recibió el trofeo de manos del escritor
estadounidense Paul Auster, presidente del jurado, con quien se fundió en un
gran abrazo. "No todas las grandes historias tienen que tener a Brad Pitt
o Angelina Jolie para gustar", bromeó Wang. El premio al mejor director
fue para el británico Nick Broomfield por su película Battle for Haditha.
Una de las grandes sorpresas del certamen la ha protagonizado la actriz Blanca
Portillo, famosa por su papel en la serie Siete Vidas, quien ha ganado
la Concha de Plata a la mejor actriz por su interpretación en Siete mesas de
billar francés, dirigida por Gracia Querejeta. Portillo no pudo acudir a la
gala por sus compromisos teatrales, pero envió un mensaje que leyó Querejeta:
"Es uno de los días más felices de mi vida. Siento no estar ahí pero el
escenario me lo impide". El premio especial del jurado recayó sobre la
joven directora iraní Hana Makhmalbaf por su película Buda explotó por
vergüenza, en la que denuncia la mala influencia sobre los niños afganos
del entorno bélico en el que viven.